Una recuperación para el empleo

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Un año más celebramos el Día Internacional del Trabajo y, en esta ocasión, frente al objetivo compartido por todos de poder sumar más y mejor empleo, tenemos renovadas razones para el optimismo, lejos del panorama desolador en el que vivimos el Primero de Mayo de 2020.

La principal razón es que ya está en marcha la progresiva vacunación de la población. En el momento de escribir estas líneas, son alrededor de 14 millones las personas que han accedido a la primera dosis en España.

Es cierto que la gestión desde la comunidad europea no ha sido la deseada, pero también lo es que, una vez lleguen con mayor celeridad las vacunas, el país está preparado, especialmente si sumamos los recursos públicos y privados, para lograr la vacunación del 70% de la población en plazos razonables.

La vacunación es el camino más corto, la medida sanitaria y económica más importante que podemos adoptar en estos momentos. Y es que solo a través de la vacunación podremos acercar esa ansiada normalidad, que nos permitirá albergar un futuro inmediato más cargado de certidumbre, reencontrarnos con los nuestros con mayores garantías de seguridad, y retomar poco a poco la actividad en aquellos sectores que, debido a limitaciones administrativas, a la desconfianza asociada al virus o la imposibilidad de funcionar a través de medios telemáticos, están sufriendo la peor parte de esta pandemia.

En resumen, es la vacunación la clave para que podamos decir que estamos a salvo y que podemos reabrir nuestra economía, revirtiendo las medidas de política económica urgentes que se adoptaron para poder mantener a flote cientos de miles de negocios y de empleos.

Pero no es este el único elemento que nos permite mirar al frente con más optimismo. Estamos a la espera de que la comunidad europea otorgue el visto bueno al Plan de Recuperación presentado por el Gobierno para poder acceder a los 150.000 millones de euros procedentes de los fondos europeos (Next Generatiion EU).

Esto es lo mismo que decir que cada vez estamos más cerca de recibir una inyección de recursos que, como la vacuna, aporte a la economía la vitalidad suficiente para superar la crisis y para salir de ella con mayores niveles de productividad y competitividad. Más preparados para los retos de los que, como la digitalización o la transición ecológica, se habla en términos de futuro, pero que ya están entre nosotros.

Esta es la gran oportunidad que se nos presenta en la actualidad en términos de empleo. Porque es la actividad la que genera empleo y son las inversiones productivas en actividades de futuro las que nos traerán empleo más cualificado, con mayor valor añadido, con mayores niveles de productividad y, por ello, de mayor calidad.

Por último, para que todo esto sea una realidad debemos tener claro que es preciso hacer un uso inteligente de estos recursos y cumplir con las condicionalidades que desde la UE llevan aparejados.

De un lado, las líneas inspiradoras de los fondos son claras. Hablamos de invertir en transición energética, en formación o en digitalización. Lo que no está tan claro es cómo.

Por eso, desde CEOE hemos puesto en marcha la Oficina Técnica de Apoyo para Proyectos Europeos para acercar toda la información necesaria a las empresas sobre los fondos europeos, para aportar a las Administraciones nuestro conocimiento y propuestas sobre lo que deberían ser los nichos de inversión más productivos de los fondos.

Las empresas necesitan información clara y cauces ágiles para poder materializar todas estas inversiones y generar ese efecto multiplicador tan deseado para que los 150.000 millones de euros dispuestos por la UE sean solo el punto de partida.

En el apartado de las reformas que demanda la UE no hay que olvidar que, en efecto, como nos demandan desde Bruselas, hace falta volver a esforzarse por acabar de una vez por todas con ciertas disfunciones que arrastra el mercado laboral.

Debemos buscar el camino, especialmente, para lograr revertir la tasa de desempleo de los jóvenes, que supera el 40%, y lograr reducir la dualidad del mercado laboral.

Ahora bien, se trata de un reto que debemos abordar desde el diálogo social, con una visión global del mercado laboral, con la serenidad necesaria para que el resultado sea compartido, que es como las reformas son duraderas.

Quiero acabar estas líneas agradeciendo a todos los trabajadores y empresarios españoles por el esfuerzo realizado, en especial, durante la pandemia, con la esperanza de que pronto esta coyuntura sea solo un recuerdo y podamos abrazar juntos otro periodo de normalidad y prosperidad.

 

Fuente: www.eleconomista.es

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